En uno de los muros de la Capilla del Santo Cáliz de la Catedral de Valencia penden unas enormes cadenas de hierro que su día cerraban la entrada del puerto de Marsella. Durante un ataque a esta ciudad francesa en 1423, por parte del rey Alfonso el Magnánimo, este ordenó romperlas para poder entrar victorioso en el puerto. Romeu de Corbera, capitán de uno de los barcos de la flota real, ejecutó la orden. Para ello se valió de una especie de arpón que también se conserva en la capilla, junto a las cadenas, como reliquia bélica.
Durante este fin de semana, y un año más, los valencianos celebramos la festividad del 9 de Octubre. Y si hay un lugar en la capital ligado simbólicamente a este día, es el Palau de la Generalitat, el emblemático edificio gótico del S.XV, fácilmente reconocible por sus torres gemelas.
Pero esta estampa tan habitual para nosotros siempre no fue así. De hecho, la torre recayente a la plaza de Manises se trata de lo que en arquitectura se conoce como un “falso histórico” o una invención arquitectónica. El Palau únicamente contaba con la torre original que da a la plaza de la Virgen, hasta que a principios de los años 40 se decidió ampliar el palacio y construir una nueva torre que quedaría totalmente finalizada en 1952.
Se intentó imitar a la torre antigua con bastante fortuna (en parte por la utilización de piedra de la cantera original), aunque si nos fijamos bien hay elementos que difieren de una torre a otra.
Es posible comprobar el aspecto previo a la construcción de la segunda torre en fotografías antiguas, como esta de Jean Laurent, tomada en 1870, con la que ilustramos nuestra reseña.
Hablábamos en la reseña anterior del Palacio de Catalá de Valeriola, situado en la plaza de Nules, y de cómo había sido sede de un círculo literario cuyos miembros utilizaban extraños pseudónimos. Pues bien, frente a él existe otro palacio que en cambio alberga una sociedad cuyos miembros destacan por sus apellidos ilustres.
El Palacio de la Maestranza de Caballería es un edificio barroco del S. XVIII y reformado - al igual que su vecino - en estilo neoclásico. Es la sede de la orden nobiliaria que da nombre al palacio, creada a finales del S. XVII con el objetivo de que la nobleza se ejercitase en el arte de la guerra, y que actualmente se dedica a fines sociales y culturales. De las cinco Maestranzas existentes en España (las otras son las de Sevilla, Ronda, Granada y Zaragoza), la de Valencia fue la única que entró oficialmente en combate durante la guerra de Independencia.
Para ser miembro de tal selecta sociedad, es requisito imprescindible acreditar linaje nobiliario en los cuatro apellidos (los dos del padre y los dos de la madre).