Fotografía: Cultur Plaza
Entre los libros que la revista Cultur Plaza recomienda para regalar en estas fechas, se encuentra La Valencia Insólita, al cual Joaquín Guzmán dedica una breve pero efusiva reseña.
Aquí podéis leer el artículo: https://buff.ly/2ioLxPZ
Fotografía: La Valencia Insólita
Entre las múltiples maravillas que atesora el Palacio del Marqués de de Dos Aguas, (sede del Museo Nacional de Cerámica) hay una que puede visitarse en fechas navideñas. Se trata de un espectacular belén napolitano s. XVIII, uno de los pocos de este estilo que existen en España.
Está compuesto por 29 figuras de diferentes tamaños, que oscilan desde los 10 centímetros las más pequeñas a 40 las piezas principales. La construcción de las figuras es realmente curiosa debido a la variedad de materiales utilizados parta las mismas: alambre recubierto de estopa para los cuerpos, terracota para las cabezas, madera para las extremidades y vidrio para los ojos. Asimismo, los atuendos de las figuras se adornan con tejidos como telas, rasos y sedas y adornos de gran riqueza como perlas, marfil o plata.
Ahora que se cumple un año de la publicación de nuestro libro, que mejor manera de celebrarlo que anunciando que la cuarta edición acaba de aparecer en las tiendas. Como tantas veces, no nos cansamos de agradeceros vuestro apoyo e interés, que han hecho posible que esta criaturita que nació hace apenas un año vaya creciendo con buena salud y paso firme.
Aprovechamos la ocasión para desearos de corazón que vuestros más insolitos deseos se cumplan el año próximo.
Fotografías: La Valencia Insólita
Hubo un tiempo, no tan lejano, en que de Nazaret tuvo una playa que disfrutaba de justa fama entre los bañistas. Durante las décadas de los 40 y 50 el complejo Benimar y el balneario Marazul animaron los veranos de muchos valencianos que se acercaban a disfrutar del mar. Pero aquel esplendor se fue apagando: la playa desapareció, Benimar permanece cerrado y abandonado, y Marazul, tras ser rehabilitado, fue derribado para levantar un nuevo edificio destinado a centro de juventud y universidad popular que apenas recuerda al original.
Este mediodía hemos sido invitados al programa Valencia en la Onda de Onda Cero Radio, donde hemos estado conversando con Merche Carneiro acerca de los refugios de la Guerra Civil en nuestra ciudad. Queremos agradecer tanto a Merche como a Cristina su atención y, sobre todo, su paciencia.
Fotografía: Google
El cuerpo de Peones Camineros fue creado en el S. XVIII para la conservación y mantenimiento de los caminos y carreteras de España. Cada peón, ataviado con su uniforme oficial y su bandolera, tenía asignado un tramo de camino de una legua de distancia (aproximadamente 5 kilómetros y medio), que tenía que recorrer a pie y mantener en perfecto estado. En virtud de una ley promulgada en por Isabel II en 1852 se empezaron a construir unas modestas casillas para alojar a los peones y sus familias. Estas casillas se ubicaban, generalmente, en mitad de la legua correspondiente al peón asignado a la misma.
Todavía es fácil encontrar muchas de estas casillas a lo largo de la geografía española. En Valencia, hallaremos una bien conservada en la avenida de Burjassot, reconocible por el rótulo de “Obras Públicas” en su fachada y por el emblema del cuerpo de Peones en el testero que corona el edificio.
La casilla fue construida para la conservación de la calzada renovada en 1900 del que era Camino Nuevo de Burjassot y posteriormente la carretera comarcal C-234 que atravesaba las comarcas de Horta Nord, Camp de Turia, Serranos y Rincón de Ademuz y finalizaba en la localidad conquense de Santa Cruz de Moya.
Fotografía: Google
Construido en 1956 y situado en la calle del Pintor Navarro Llorens (en la zona de Abastos), este edificio tal vez no sea especialmente distinguido. Pero si levantamos la vista a la altura del primer piso podremos distinguir, como elemento curioso, un rótulo con la inscripción “Plátano de Oro”. Tan exótico nombre obedece a que en los bajos y sótanos se almacenaban los plátanos que se vendían en el vecino Mercado de Abastos.
El edificio “Plátano de Oro” es uno de los pocos vestigios que quedan del entorno comercial que rodeaba a un mercado que durante 35 años marcó la vida cotidiana de la zona hasta que sus puertas cerraron tras la inauguración de las nuevas instalaciones de Mercavalencia.