Durante la Noche de Difuntos, víspera de Todos los Santos, siempre ha existido la costumbre de contar historias de terror imaginarias. O reales…como aquel suceso espeluznante que acaeció a principios del siglo XIX en la calle de Cerrajeros (o dels Manyans), en el entorno de la plaza del Mercado.
El cronista Pau Carsí afirmaba en uno de sus dietarios que en esta calle un barbero regentaba un establecimiento en el cual asesinaba a los incautos que entraban a afeitarse para robarles y luego con su carne se elaboraban pasteles que se vendían en una pastelería próxima.
Son evidentes los paralelismos con su coetáneo inglés, el legendario Sweeney Todd, el barbero diabólico de Fleet Street, que inspiró un musical a Stephen Sondheim y la posterior adaptación cinematográfica de Tim Burton protagonizada por Johhny Depp.