La Casa Rusa es como popularmente se conoce al Edificio Cuadrado, situado en la esquina de Guillem de Castro con la calle Gandía.
El edificio fue construido en los años 30 por el arquitecto Rieta a petición de los hermanos Cuadrado para albergar los conocidos almacenes que llevaban su nombre, así como viviendas para sus empleados.
Su construcción marcó un hito en la arquitectura valenciana al seguir las pautas que imperaban entonces en lla construcción de viviendas sociales en la Unión Soviética. Algunas de sus innovaciones arquitectónicas se tradujeron en la creación de servicios comunes (lavandería, agua caliente) o en la sustitución de los patios de luces por pasillos a modo de balcones.
Es por ello que la gente empezó a denominar La Casa Rusa a este singular edificio, actualmente muy deteriorado como tantos otros en nuestra ciudad.
Varias son las historias que nos cuentan el origen del ‘rat penat’ (murciélago) que corona el escudo de la ciudad de Valencia, unas con base histórica y otras que forman parte del mundo de lo legendario. Una de las leyendas más conocidas sobre el tema (con diversos matices e interpretaciones) es la siguiente:
Cuentan que durante el asedio por parte de Jaime I para arrebatar la ciudad de Valencia a los musulmanes un murciélago anidó en el techo de la tienda del rey. Este ordenó que nadie dañase al animal.
Una noche, un ruido como de redoble alertó a las tropas cristianas. Gracias a ello, descubrieron a tiempo que estaban siendo rodeados por sorpresa por los musulmanes y pudieron contener el ataque.
Cuando el rey preguntó quien había dado la voz de alarma, resultó ser el murciélago batiendo sus alas sobre un tambor. Como gratitud, Jaime I incorporó la figura del ‘rat penat’ en el escudo de la ciudad cuando finalmente fue conquistada.
Decíamos en nuestro último post que cuando fue derruida la antigua Estación de Aragón se conservaron algunos elementos de la misma y citábamos las casetas de la Aduana como ejemplo más representativo.
Pero no fue lo único. Todavía permanecen en la misma ubicación original el edificio de viviendas para empleados de Renfe (en la esquina de Aragón con Alameda) y el depósito de agua para locomotoras situado al final de la calle Clariano.
Otros elementos de la estación fueron trasladados a otros lugares. Es el caso de la verja (actualmente en la parte de la Estación del Norte que recae sobre el túnel de la Gran Vía) y de la marquesina, que acabó formando parte de un almacén de la fábrica de chocolates Natra en Aldaia.
El espacio por el cual discurre la avenida de Aragón, en su día estuvo ocupado por la estación del mismo nombre. De aspecto monumental, fue inaugurada en 1902 como estación terminal de la línea Valencia-Calatayud (más conocida popularmente como la “Via Xurra”) y derribada en 1974. Sobre su solar se construyó la actual avenida.
Del derribo se salvaron varios elementos. Algunos fueron trasladados de lugar, pero otros permanecieron in situ. Es el caso de las casetas de la aduana de mercancías que fueron edificadas en 1930 y que estaban ubicadas frente a la fachada principal de la estación.
Todavía podemos contemplarlas en la rotonda de la plaza de Zaragoza, donde confluyen la avenida de Aragón, la del Puerto y la Alameda.
Durante siglos, el Miguelete marcó el techo de la ciudad al tratarse de la construcción más alta de Valencia. Pero su hegemonía acabó en 1931, cuando se terminó de construir el primer edificio que superaría en altura a nuestro emblemático campanario.
El edificio en cuestión, proyectado por el arquitecto Almenar, es el que cierra la plaza del Ayuntamiento haciendo chaflán con San Vicente y María Cristina. Como anécdota cabe reseñar que en su origen fue conocido popularmente como “la Casa del Porquer”, debido a que su promotor de se dedicaba profesionalmente a la cría de cerdos.
Hola a todos! Ya hemos vuelto de vacaciones, y lo hacemos con la sana intención de seguir visitando con todos vosotros lugares insólitos de la ciudad de Valencia y sus alrededores.
Aunque hayamos vuelto de vacaciones, todavía queda algo de verano por delante. Así que aprovechando las inusualmente altas temperaturas de este mes de Septiembre todavía podemos darnos un baño en la playa y de paso descubrir que curiosidades se esconden bajo sus aguas.
En la Malvarrosa, por ejemplo, se encuentra el único arrecife subacuático artificial que existe en España. Se trata de tres estructuras de hormigón de aproximadamente 20 toneladas de peso cada una, situadas a 180 metros de la costa y a 4 metros de profundidad. Cada estructura tiene un diseño distinto, con forma de ánforas, aros olímpicos e incluso imitando la silueta de l’Oceanográfic.
El arrecife permite la práctica del submarinismo deportivo, además de regenerar el litoral favoreciendo el crecimiento de la flora y fauna marinas.
Nos vamos de vacaciones, pero volveremos de nuevo con vosotros en Septiembre. Os deseamos un feliz verano a todos y aprovechamos la ocasión para dar un pequeño consejo: Tanto si viajáis como si os quedáis en la ciudad no perdáis nunca la curiosidad por (re)descubrir ese lugar insólito que podáis encontrar al girar cualquier esquina.
Por estas fechas, hace ahora 78 años, estallaba en España la Guerra Civil. Cuando la República decidió trasladar el Gobierno a Valencia, la ciudad fue sistemáticamente bombardeada durante todo el conflicto bélico. Todavía hoy en día es posible observar las huellas de los impactos de los proyectiles aéreos en edificios como el Ayuntamiento o la Iglesia de San Andrés.
Al final de la avenida de Burjasot, en el barrio de Benicalap, se alza un palacete rodeado de jardines. Aunque su estado es el de lamentable abandono todavía es posible intuir su antiguo esplendor. La mansión fue construida a finales del S. XIX por encargo de una familia de indianos (Así se les denominaba a los emigrantes españoles que volvían de América habiendo hecho fortuna) que siguiendo la tendencia de la incipiente burguesía local buscaban una zona de recreo cerca de la capital. Por esta razón la mansión sería conocida como Casino del Americano, pese a que su nombre original fue el de Quinta de Ntra. Sra. de las Mercedes.
El palacete estuvo habitado hasta bien entrado el S. XX, teniendo posteriormente otros usos, siendo el de local de copas (con el nombre de Saudi Park) el más recordado por los vecinos del barrio.
Muchos de sus elementos arquitectónicos, por desgracia, han sido expoliados. Sirva como ejemplo el de las esfinges de piedra que vigilaban la entrada principal del jardín y que, según decían, te seguían con la mirada cuando pasabas por delante de ellas.
LA MURALLA ARABE DE VALENCIA: CENANDO JUNTO AL MAYOR TRAMO CONSERVADO DE MURALLA
Como ya hemos comentado en alguna ocasión, son varios los tramos de la muralla árabe del S. XII que se conservan en la ciudad. Algunos de ellos se encuentran integrados en establecimientos públicos. Es el caso del tramo de mayor tamaño que lo podemos encontrar en un entorno envidiable, dentro de Alma del Temple, un restaurante que ha sido elegido recientemente como uno de los 10 más bonitos del mundo.
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